Smart working: una nueva forma de trabajo

Los nuevos retos globales obligan a las empresas a transformarse. A modificar su estructura, sus procesos, sus equipos y sus propios espacios para lograr un sistema de trabajo más ágil y más flexible. Capaz de dar respuesta a los nuevos tiempos, aprovechando las oportunidades que abre la tecnología y potenciando la creatividad y el bienestar del equipo, surge una nueva forma de trabajo conocida como Smartworking. Se trata de una manera nueva de enfocar el trabajo que abandona rigideces y patrones predeterminados para poner el foco en lo relevante: las ideas, los proyectos y las personas.

 

Surgen así metodologías nuevas que favorecen la flexibilidad en aras de la creatividad y el bienestar. Que busca crear valor e innovación a partir de la colaboración inteligente entre las personas y las tecnologías. Una cooperación que contribuye a reducir los costes operativos y a reducir el impacto en el medio ambiente.

Suponen, además, un cambio en la cultura laboral y busca proporcionar el marco de trabajo necesario para generar unos procesos inteligentes y ágiles que favorezcan la efectividad de la organización y su capacidad para adaptarse a los cambios.

Smartworking se centra en cuatro conceptos que cobran una dimensión nueva: espacio, tiempo, tecnología y personas.

Espacio

El trabajo deja de quedar circunscrito a los límites físicos de la empresa, a una mesa y a una silla. Diferentes tareas pueden requerir espacios y compañeros distintos, incluso en lugares remotos. Lo importante es la tarea no el lugar en el que se desempeña. Así, la oficina se convierte en un espacio de colaboración, en el que compartir experiencias.

Tiempo

Reorganizar y automatizar procesos de trabajo permite poner la clave en el proyecto, en los objetivos y en cada una de las tareas realizadas, con independencia del lugar y del momento en que se aborden. Las tareas individuales se vuelven así más flexibles y el tiempo destinado al trabajo en equipo puede orientarse a la creatividad y a la innovación.

Tecnología

La tecnología ha supuesto una revolución en los espacios de trabajo, creando maneras de colaborar más eficientes, optimizando procesos y agilizando proyectos. La tecnología es la que permite la flexibilidad en cuanto al espacio y el tiempo del trabajo, pero debe estar siempre alineada con la estructura y el funcionamiento de la empresa para ser efectiva.

Personas

Las nuevas metodologías del trabajo ponen el foco en las personas. Depositan en el equipo la confianza y la responsabilidad de las tareas. El dónde y el cuándo se desarrollan las tareas pierde importancia en favor de la creatividad y de los resultados. Poder decidir las fórmulas de trabajo que mejor encajan con cada uno promueve también la libertad y el bienestar del empleado, mejorando su compromiso y satisfacción. Un factor crucial en un momento en el que la captación y retención del talento es más determinante que nunca.

 

 

El espacio aporta soluciones

En ese sentido, el espacio de trabajo tiene mucho que aportar en la transformación de las empresas. La propia concepción y distribución del espacio, así como la elección del mobiliario debe responder a esa necesidad de flexibilidad y a los requisitos concretos de cada compañía y de cada equipo. La versatilidad del mobiliario permite generar espacios de concentración, de socialización, de comunicación o de dispersión. Existen diversas soluciones de mobiliario que permiten generar espacios SmartWorking y dotar al empleado del poder de mover su puesto de trabajo en función de sus necesidades diarias.

Los espacios flexibles generan modelos de negocio flexibles y procesos ágiles y permiten incorporar a personas muy diversas, asegurando su confort y bienestar. Consiguen potenciar la comunicación y la innovación y, en ese sentido, el mobiliario se convierte en un aliado de la productividad y el talento.