Coffice, una nueva cultura empresarial

Que las oficinas convencionales no son el único lugar donde trabajar es ya una realidad. Desde la llegada del Open Space, que hace años puso en tela de juicio un modelo hasta entonces aceptado por todos, los entornos de trabajo no han parado de evolucionar, siempre en pro del bienestar y confort de quienes los habitan. Mucho más que despachos, open spaces, áreas lounge o salas de reunión, estos lugares son colaboración, bienestar, tecnología, inspiración y productividad, demostrando que de poco sirve cambiar los espacios si no se modifica la forma en que estos se habitan.

 

Junto a las oficinas convencionales, las cafeterías, salas de espera, bibliotecas o centros de coworking son ya algunos de los lugares que muchas personas utilizan para trabajar. Los denominados terceros espacios combinan la atmósfera acogedora del hogar o primer espacio con la productividad de las oficinas o segundo espacio, y, aunque originalmente dirigidos a freelancers, forman ya parte imprescindible de la filosofía de muchas empresas. Algunas de ellas incorporan en sus instalaciones los denominados Coffice (Cafetería + Oficina) o Work Café, que además de fomentar la colaboración y el sentimiento de pertenencia a la empresa, ofrecen una alternativa a las tradicionales cafeterías a los que hasta ahora los trabajadores ‘escapaban’ cuando querían desconectar por un momento del entorno laboral.

 

 

Concebidos como pequeños coworkings dentro de una empresa y equipados con la más avanzada tecnología y diversas tipologías de espacios, los WorkCafés ofrecen un centro de intercambio de ideas y colaboración. Tomando lo mejor del openspace, que introdujo el trabajo en equipo y la colaboración dentro de la propia empresa, y los coworkings como un punto de inflexión fundamental en el trabajo freelance, el Coffice supone un cambio en la cultura empresarial.

 

En un mundo cada día más digital, donde proliferan los trabajadores nómadas y freelancers, y los espacios de coworking, los Work Cafés materializan la necesidad de las empresas de mantenerse conectadas. Ya no se trata únicamente de crear espacios de trabajo y relación entre los trabajadores de la propia organización, sino de buscar sinergias y colaboraciones externas, como ya ocurre en los coworkings.

 

Desde los sectores más creativos e innovadores, a otros a priori más ‘rígidos’ y convencionales, son muchos los que están ya incorporando este tipo de espacios en sus instalaciones. Entornos cálidos y acogedores, donde los empleados se sienten como en casa, y que ahora dan un paso más al abrir sus puertas a trabajadores externos y freelancers, construyendo un lugar de conexión donde mantener reuniones informales o incluso organizar presentaciones y cursos.

 

Estimulantes y relajantes, tecnológicos y cercanos, abiertos y privados, los Coffice combinan distintos tipos de entornos para dar respuesta a muy diversas necesidades. Salas privadas, openspaces, zonas donde trabajar de pie o sentado, salas lounge, etc, todas ellas ofrecen una experiencia única, que va mucho más allá del propio espacio. Lugares que, mucho más que acumuladores de tareas y personas, funcionan ya como puntos de encuentro, creatividad y talento, y donde aspectos como el mobiliario, la tecnología, la iluminación, los materiales, la biofilia o el arte juegan un papel fundamental. Generador de espacios, el mobiliario apuesta por una cada vez mayor versatilidad, que permita dar respuesta a las necesidades y estados de ánimo de sus usuarios en función del momento del día o la tarea a realizar.

 

El Soft-Seating, hasta ahora más asociado a los espacios de relax y descanso dentro de las propias oficinas, adquiere un papel clave en los Workcafés. A través de materiales, colores y texturas cuidadosamente elegidos, soluciones como Janod, Dominó, Zen Pod, Bend y Longo de Actiu ayudan a construir entornos acogedores y serenos donde trabajar, reunirse o descansar.